Covid y el cerebro: Una crisis de salud neurológica

Niebla cerebral. Lapsos de memoria. Dificultades para concentrarse o mantener la atención. Todos estos problemas cognitivos han asolado a algunos que, por lo demás, han superado un ataque de Covid-19. En este vídeo, la neuróloga de Stanford Michelle Monje describe su trabajo en el que demuestra que incluso las infecciones respiratorias leves por el virus SARS-CoV-2 pueden provocar problemas persistentes en el cerebro.

“Creo que las tasas de síntomas cognitivos persistentes en personas que se han recuperado de la Covid es, francamente, alarmante”, dice Monje. Algunas estimaciones de los primeros tiempos de la pandemia (antes de que se dispusiera de vacunas), señalan que hasta una de cada cuatro personas experimenta estos problemas. “Tenemos que entender cómo intervenir y ofrecer una terapia eficaz, o solo habrá millones de personas sufriendo”.

Monje, que lleva mucho tiempo tratando y estudiando a pacientes con cáncer con síntomas similares tras la quimioterapia, afirma que el daño no es necesariamente causado por el propio virus. En cambio, su trabajo sugiere que las moléculas inflamatorias liberadas en los pulmones de alguien con Covid pueden desencadenar una reacción de las células inmunitarias en el cerebro.

Estas células cerebrales, llamadas microglías, inician entonces una cascada de señales que alteran el comportamiento de otras células cerebrales, lo que acaba por ralentizar la comunicación entre las neuronas. La buena noticia, según Monje, es que las similitudes con lo que ella llama “quimiocerebro” pueden significar que muchos de estos problemas cognitivos persistentes mejorarán con el tiempo, tal como ocurre con el quimiocerebro.

Este vídeo forma parte de Reset: The Science of Crisis & Recovery(Reset: La ciencia de la crisis y la recuperación), una serie en curso que explora cómo el mundo está navegando por la pandemia del coronavirus, sus consecuencias y el camino a seguir. Reset cuenta con el apoyo de una subvención de la Fundación Alfred P. Sloan.

Transcripción del vídeo

Michelle Monje (neurocientífica y neurooncóloga, Universidad de Stanford): “La inflamación en el cerebro puede provocar la desregulación de varios tipos de células diferentes y tener consecuencias duraderas en la función cognitiva. Entendiendo que cuando la pandemia golpeó y vimos lo profundamente inmunogénicos, lo profundamente inflamatorios que podían ser incluso los casos relativamente leves de Covid, realmente me preocupé por una crisis de salud neurológica. Y creo que estamos viendo cómo se desarrolla eso ahora mismo. Las tasas de síntomas cognitivos persistentes en personas que se han recuperado de la Covid son francamente alarmantes. Tenemos que entender cómo intervenir y ofrecer una terapia eficaz, o solo habrá millones de personas que sufran estos síntomas cognitivos persistentes.

“No soy una epidemióloga. No soy viróloga. Soy neuróloga. Pero estoy alarmada por las posibles consecuencias neurológicas de esta pandemia y alarmada por la enfermedad neurológica que ya es evidente en muchos, muchos, muchos supervivientes de Covid.

“Incluso desde el principio de la pandemia, estaba muy claro para los neurólogos que la infección por Covid da lugar a una tasa notablemente alta de síntomas neurológicos persistentes, incluida una tasa bastante alta de síntomas cognitivos persistentes. Eso incluye cosas como dificultad para prestar atención, dificultad con la velocidad de procesamiento de la información, dificultad con la concentración y la memoria. Y eso es algo a lo que todos deberíamos prestar mucha atención —es muy, muy preocupante, es debilitante —. Las personas simplemente no están regresando a su nivel de funcionamiento anterior. Y eso es un problema importante, con 265 millones de personas en todo el mundo infectadas con Covid [para enero de 2022; más de 526 millones de casos para mayo de 2022], y algunas estimaciones de hasta 1 de cada 4 personas, al menos antes del momento de la vacunación, experimentando estos síntomas cognitivos. Se trata de una crisis de salud neurológica.

“Soy neurooncóloga y una de mis especialidades clínicas es atender a las personas que siguen una terapia contra el cáncer y que tienen una niebla cerebral persistente: un deterioro cognitivo como resultado de su cáncer y su terapia. Y este llamado cerebro de quimio, o niebla de quimio, es muy similar a lo que la gente describe después de Covid. Y así, esta llamada niebla de Covid comparte casi los mismos síntomas. Y lo que estamos descubriendo en el laboratorio es que los dos tipos de niebla cerebral también comparten muchos de los mismos cambios celulares que creemos que subyacen a este tipo de niebla.

“Sabemos que con una infección severa de Covid, que muchas cosas pueden ir mal, que la enfermedad severa se asocia con coágulos de sangre que pueden causar derrames cerebrales incluso con la infección directa del cerebro, y con las consecuencias de la enfermedad y el daño multiorgánico. Pero incluso después de una Covid leve, la gente manifestaba tener problemas cognitivos persistentes. Y me pregunté si la respuesta inflamatoria solo ante la infección respiratoria podría ser suficiente para desencadenar una neuroinflamación —inflamación en el cerebro— y, en consecuencia, desregular estas células que es tan importante mantener en equilibrio para una función cognitiva saludable.

“Lo que descubrimos en el laboratorio en ratones que tienen Covid respiratorio relativamente leve y luego en muestras humanas, es que la Covid provoca una respuesta inflamatoria muy profunda en el cerebro. Y como resultado de ello, las células cerebrales que necesitan trabajar juntas para comunicarse y funcionar normalmente se desregularon. En los casos graves de Covid, puede haber una infección directa del cerebro, pero en muchos casos, no hay evidencia de virus en el cerebro.

“Lo que está sucediendo para afectar al cerebro es, en cambio, una consecuencia de la respuesta inmunitaria al virus. Y lo que estudiamos fue cómo la respuesta inmunitaria a la infección que se limitaba al sistema respiratorio podía causar inflamación en el cerebro a través de moléculas de señalización que van desde el pulmón, a través de la sangre y hasta el cerebro. Encontramos niveles bastante elevados de moléculas inflamatorias llamadas citoquinas y quimiocinas en el sistema nervioso central, solo por una infección respiratoria leve.

“Y junto con eso, vimos inflamación en un tipo particular de célula inmune del cerebro, que se llama microglía. Cuando las microglías y los astrocitos se vuelven reactivos, pueden provocar una desregulación de otro tipo de células gliales que forman el aislamiento alrededor de los axones, literalmente como el aislamiento de un cable. Cuando eso ocurre, las neuronas (las células comunicantes del cerebro) no pueden comunicarse entre sí de forma normal, ni tan rápido ni tan bien. Y eso puede provocar una desregulación de todo el circuito y causar un deterioro cognitivo. Esta fisiopatología es especialmente destacada en la Covid”.

Covid y los niños

Michelle Monje: “Ahora muchos más niños se están infectando con Covid. Por eso, una de las próximas cosas que nos gustaría explorar en el laboratorio es comprender cómo la exposición en las primeras etapas de la vida a la Covid respiratoria, incluso leve, podría influir tanto en el desarrollo del cerebro como en la plasticidad cerebral y la cognición. Como madre, como alguien que atiende a los niños en la clínica, después de la exposición a la Covid estoy muy atenta a cómo va la escuela, a si se quejan de no poder recordar cosas, si tienen dificultades para encontrar las palabras, para describir ciertas cosas en las conversaciones, su nivel general de fatiga. Creo que hay muchas cosas a las que prestar atención como padre, como profesor, como médico.

“No está claro qué enfermedades neurológicas pueden suponer un mayor riesgo para las personas en el futuro. Y por eso es realmente urgente entender eso, comprender estos fundamentos neurobiológicos de esta respuesta inicial a la Covid, para saber a qué pueden ser más susceptibles las personas, y restablecer estas células a un estado más normal.

“El riesgo de enfermedad neurológica a largo plazo realmente me hace reflexionar y hace que no esté en absoluto dispuesta a disminuir los esfuerzos de mitigación. Sigo pensando que tenemos que estar atentos. Necesitamos no cansarnos de estas medidas, por difíciles que sean. Tenemos que maximizar realmente la vacunación y esperar minimizar el daño a largo plazo que esta pandemia va a causar durante generaciones.

“Creo que las lecciones del quimiocerebro son realmente alentadoras, porque la biología que descubrimos en el contexto del deterioro cognitivo son todas potencialmente reversibles. Y eso es realmente esperanzador. En los casos más graves de Covid, sobre todo cuando hay coágulos, derrames y una infección cerebral directa, pueden producirse daños irreversibles. Pero en estos casos de Covid más leves y agudos, todo esto es potencialmente recuperable. Es realmente urgente comprender la neurobiología, entender el fundamento básico de lo que está fallando, para que podamos desarrollar terapias que intervengan y restauren el equilibrio normal en el cerebro. De lo contrario, creo que habrá consecuencias realmente profundas a largo plazo de esta pandemia en la salud neurológica”.

Artículo traducido por Debbie Ponchner