El silencio en la relación de pareja: pasar tiempo a solas, pero juntos
El buen silencio puede ser maravilloso, y ayuda a revitalizar y fortalecer una relación.
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Una pareja está sentada en un banco soleado del parque. Él parece estar estudiando las nubes que pasan; ella está absorta en una novela. Algunos transeúntes podrían pensar:Qué dulce. Otros podrían verlos como una pareja sombría.
Podrían ser cualquiera de las dos cosas. Hasta ahora, los científicos han ignorado los silencios compartidos entre las parejas, centrándose en los intercambios verbales: cómo hablar de sentimientos, negociar necesidades y afrontar conflictos. Pero, según una nueva investigación, el silencio puede ser un poderoso comunicador entre las parejas.
En una serie de cuatro estudios descritos en Motivation and Emotion en 2024, la psicóloga Netta Weinstein, de la Universidad de Reading, en el Reino Unido, y sus colegas pidieron a estudiantes universitarios y adultos en pareja que escribieran sobre experiencias de silencio con sus compañeros sentimentales.
Weinstein y sus colegas plantearon la hipótesis de que los silencios diferirían en significado y en la emoción que generaban en función de lo que los motivaba. El equipo de investigación clasificó los silencios compartidos en tres tipos. Los silencios intrínsecos, o íntimos, surgen de forma natural y cómoda entre parejas; mientras que los silencios introyectados, o ansiosos, se producen cuando una persona se siente incómoda al hablar; y, los silencios externos, u hostiles, pueden provenir del deseo de uno de los miembros de la pareja de excluir o castigar al otro. Los silencios también pueden ser espontáneos o aleatorios.
En las investigaciones de Weinstein, distintos grupos de sujetos reflexionaron sobre un episodio de silencio reciente en su relación actual, o sobre episodios de silencio diarios a lo largo de 14 días. De forma aleatoria, a algunos participantes se les asignó que escribieran sobre un tipo concreto de silencio, en función de lo que lo motivó, y un grupo escribió sobre un episodio silencioso de una mala relación de su pasado. Los participantes indicaron la frecuencia con que se producían esos silencios, sus emociones durante ellos —calma, depresión, aburrimiento o tristeza, por ejemplo— y cómo se sentían respecto a su relación.
Para indicar por qué no hablaban, podían elegir entre afirmaciones como: “porque temía que se enfadara conmigo si decía algo”, “porque aprecio los momentos en los que puedo estar a su lado aunque no hablemos”, “porque quería que me callara”, “porque quería que se sintiera mal” y “porque no necesitaba hablar para que mi pareja me entendiera”.
De los estudios se desprenden tres conclusiones significativas. En primer lugar —y como era de esperar— el motivo del silencio fue un factor importante en el impacto del episodio en las emociones y la relación de pareja. Por ejemplo, las parejas que veían el silencio como algo ansioso u hostil manifestaban menos emociones positivas y más negativas. En segundo lugar, los silencios intrínsecos que se sintieron cómodos se asociaron con muchas emociones positivas y valoraciones altas de lo bien que la relación satisfacía sus necesidades.
El tercer hallazgo fue que, durante estos silencios intrínsecos, los sentimientos positivos eran de “baja excitación”, es decir, eran más relajados y pacíficos que felices o excitados.
Weinstein considera intrigante este último resultado. Hasta ahora, dice, los investigadores habían afirmado que este tipo de paz solo podía alcanzarse en soledad, pero parece que las parejas que se sienten seguras pensando en sus propios pensamientos mientras disfrutan del placer de estar juntas también parecen experimentarlo. Los resultados demuestran a las parejas que no tienen por qué separarse para disfrutar de tiempo a solas.
Otra conclusión general, añade, “es que no siempre necesitamos llenar el espacio con conversaciones: los momentos de silencio pueden ser poderosas formas de conectar”.
Weinstein y sus colegas “están estudiando un tema al que no se ha prestado toda la atención que merece”, afirma Claudia Haase, psicóloga de la Universidad Northwestern, autora en 2023 de un artículo en el Annual Review of Developmental Psychology sobre cómo las parejas mejoran la gestión de sus emociones a medida que envejecen. En su trabajo actual, estudia a parejas que interactúan en un laboratorio. Aunque no ha estudiado específicamente los silencios mutuos, cree que estos están llenos de significado, desde la negativa a hablar cuando se aplica la táctica de cerrojo, hasta la ausencia de palabras que indica, dice ella, “la sensación de que estamos seguros el uno con el otro”.
“No siempre necesitamos llenar el espacio de conversación: los momentos de silencio pueden ser poderosas formas de conectar”.
— NETTA WEINSTEIN
Weinstein señala que las parejas prestan mucha atención a cómo lo que dicen puede perjudicar o ayudar a su pareja, pero rara vez piensan en las ramificaciones de los silencios. Las parejas podrían aprender algo importante, por ejemplo, si comprobaran lo que su silencio significa para su pareja. “El cómodo silencio de una persona puede hacer que su pareja se sienta ignorada o excluida”, añade Haase.
Las parejas también pueden planificar juntas experiencias íntimas en silencio, como hacer algo que les guste a los dos, como leer, caminar por un sendero y apreciar una vista impresionante o estirarse y escuchar una sonata de Chopin. “Esos momentos", dice Weinstein, “son ricos en amor, cercanía y conexión”.
Artículo traducido por Debbie Ponchner
10.1146/knowable-021325-1
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