Los extraños y maravillosos pepinos de mar
Estas espinosas o viscosas criaturas oceánicas muestran una asombrosa diversidad de apariencias, comportamientos y estilos de vida. Muchas están cada vez más amenazadas.
Manténgase informado
Suscríbase al boletín de noticias de Knowable en español
Pocos animales tienen una apariencia tan poco animal que los pepinos de mar. Estos seres largos y delgados a menudo parecen inmóviles, como el vegetal al que se asemejan, mientras toman el sol en el fondo marino. Carecen de cerebro, ojos o rasgos evidentes, aparte de la boca y el ano.
Los pepinos de mar tampoco son especialmente atractivos para los sentidos humanos. Sus cuerpos, a menudo grises o marrones, pueden tener verrugas y ser ásperos o viscosos al tacto. “No son animales carismáticos”, admite Annie Mercier, investigadora de biología marina de la Universidad Memorial de Canadá. Pero eso no le impide a ella amarlos.
Científicos como Mercier están descubriendo que estas simples criaturas son mucho más de lo que parecen. Algunos cuidan de sus crías, otros se reproducen dividiéndose en dos —y tienen una impresionante capacidad para regenerar los tejidos perdidos—. Además, muchas de las más de 1.700 especies de pepinos de mar son importantes para la salud de los océanos porque absorben algas y bacterias que asfixian el ecosistema. “Si nos fijamos en la diversidad de formas y comportamientos de todos los pepinos de mar existentes, es increíble”, afirma Mercier, coautora de un artículo sobre estas criaturas publicado en 2025 en el Annual Review of Marine Science.

Los pepinos de mar son conocidos como las “aspiradoras del mar”, ya que filtran las bacterias y algas del sedimento que ingieren, dejando a su paso estelas de arena excretada.
CRÉDITO: CODY CLEMENTS / GEORGIA INSTITUTE OF TECHNOLOGY
Pero muchas están desapareciendo rápidamente. Se capturan comercialmente unas 80 especies. Los pepinos de mar secos son especialmente apreciados en la cocina de Asia Oriental; algunas especies se pescan hasta el borde de la extinción y son objeto de comercio ilegal.
Los científicos esperan que un mejor conocimiento de los pepinos de mar y de las amenazas a las que se enfrentan ayude a forjar vías para protegerlos.
Ser un pepino de mar
Los pepinos de mar son equinodermos, invertebrados entre los que se incluyen las estrellas de mar y los erizos de mar, que presentan una disposición corporal de cinco rayos. Uno podría ver a un pepino de mar como un erizo alargado que ha perdido gran parte de su crujiente esqueleto externo. Tiene dos aberturas: la boca, para ingerir alimentos, y la cloaca, o ano, para excretar desechos, que también alberga un órgano respiratorio para extraer oxígeno del agua de mar.
Más allá de esta forma básica, los pepinos de mar son asombrosamente diversos. Muchos son de colores brillantes. Algunos son transparentes, otros centellean con luz bioluminiscente. Algunos son más cortos que una uña, otros tan largos como una persona.
Aunque sus larvas pueden nadar, los adultos se mueven lentamente, utilizando patas tubulares pegajosas para recorrer las superficies por las que serpentean. Algunos arquean sus cuerpos hacia arriba, extendiendo tentáculos plumosos en el agua para capturar plancton. Otros excavan rítmicamente el sedimento del fondo marino y lo ingieren, extrayendo bacterias y algas y dejando a su paso rastros de material excretado más limpio.
Con estos laboriosos métodos de locomoción, durante mucho tiempo se pensó que los pepinos de mar nunca superaban velocidades de alrededor de un metro al día. Pero los científicos los han descubierto recientemente desprendiéndose del fondo marino y moviéndose mucho más deprisa. Por ejemplo, se ha observado que una especie de aguas profundas llamada Enypniastes eximia utiliza velos en forma de alas para nadar, “como ángeles acuáticos etéreos”, según se señala en The World of Sea Cucumbers (El mundo de los pepinos de mar), un libro de 2023 coescrito y coeditado por Mercier.
Y en 2019, el laboratorio de Mercier descubrió que el pepino de mar Cucumaria frondosa del Atlántico Norte y una especie del Indopacífico conocida como pez de arena pueden flotar absorbiendo agua por la boca y el ano, haciéndose más flotantes. Al separarse del fondo marino, pueden flotar en la corriente durante cientos de metros y escapar de condiciones de hacinamiento o de aguas sucias o poco saladas. “Esencialmente, pueden alejarse de una situación que les es desfavorable”, afirma Mercier.
Los pepinos de mar tienen estrategias de reproducción igualmente diversas. En algunas especies, los machos liberan feromonas para atraer a grupos de otros pepinos de mar. Las hembras liberan entre miles y millones de huevos por un orificio situado en la parte delantera de su cuerpo, que son fecundados por el esperma. En otras especies, los huevos permanecen adheridos a la hembra, que nutre y protege a los embriones en desarrollo.
Y unas 20 especies “se dividen literalmente en dos”, afirma el biólogo marino Sven Uthicke, del Instituto Australiano de Ciencias Marinas. En una extraordinaria hazaña de regeneración, las mitades separadas de los pepinos de mar regeneran la parte que les falta en cuestión de semanas.
Los pepinos de mar también utilizan sus poderes regenerativos para sobrevivir. Algunas especies escupen las tripas por la boca, “lo que podría ser una forma de deshacerse de la contaminación”, dice Uthicke. Otras excretan partes de sus entrañas por el ano cuando son atacadas, para distraer a los depredadores. En ambos casos, regeneran limpiamente las partes del cuerpo desechadas.
Y cuando el pepino de mar Chiridota laevis detecta una mordedura o un desgarro, arranca la parte del cuerpo lesionada en 30 segundos. Otras especies simplemente disuelven las paredes de su cuerpo cuando las agarran y las sacan del agua.

Cuando el pepino de mar Chiridota laevis percibe una mordedura o un desgarro, rápidamente se desprende de la parte del cuerpo herida.
CRÉDITO: S. JOBSON ET AL / FRONTIERS IN ECOLOGY AND THE ENVIRONMENT 2020
Más allá de su atractiva biología, los pepinos de mar son habitantes fundamentales del océano —y no solo como presas—. Sus hábitos de excavación y sedimentación airean el fondo marino, convirtiéndolo en un hábitat más saludable para cangrejos, moluscos y gusanos. Y lo hacen a gran escala: un estudio realizado en 2021 en un arrecife australiano calculó que los pepinos de mar negros Holothuria atraremovían 71.000 toneladas de sedimentos al año, el equivalente a un poco más de cinco torres Eiffel.
Al aspirar los microbios de la arena, los pepinos de mar reducen el crecimiento de las algas que asfixian el ecosistema y de las bacterias que causan enfermedades en los corales: en un experimento realizado en 2024 se descubrió que la eliminación de los pepinos de mar en dos arrecifes del Pacífico provocó un aumento de las enfermedades y la muerte de muchos corales Acropora pulchra. La agitación de los sedimentos también libera nutrientes de la arena, como nitrógeno, fósforo y carbonato cálcico, que pueden ser utilizados por otros animales.
Además, muchos pepinos de mar albergan docenas de formas de vida dentro y fuera de su cuerpo, como el perlero, que habita en cloacas. Los pepinos de mar “no son solo un animal”, afirma la bióloga marina Chantal Conand, asociada honoraria del Museo Nacional de Historia Natural de París. “Conviven con todo un ecosistema”.
Conservar estos animales no es tarea fácil. La demanda de pepinos de mar desecados se ha disparado, sobre todo en China, donde se considera que tienen propiedades beneficiosas para la salud y se sirven tradicionalmente como símbolo de estatus y generosidad. A medida que la población china se ha ido enriqueciendo, “el mercado está creciendo para estos productos”, afirma el biólogo marino Alessandro Lovatelli, oficial de acuicultura de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación.

Pepinos de mar a la venta en el barrio chino de Manhattan. Cuando se secan, estas criaturas son un manjar cada vez más demandado en las comunidades asiáticas —lo que ha provocado el agotamiento de muchas poblaciones de pepinos de mar—.
CRÉDITO: ISTOCK.COM / VERONIKA TOTH
Aunque al principio la demanda se centraba en las especies templadas de la costa china, la creciente demanda ha llevado a los comerciantes a buscar más lejos. La recolección de pepinos de mar para los compradores de Asia Oriental es ahora un importante medio de vida en Sudamérica, África, el Pacífico y el Caribe. Son fáciles de capturar, secar y almacenar, y pueden alcanzar cientos de dólares por libra, lo que lleva a los lugareños a recolectar muchas especies tropicales hasta el límite. A medida que se vuelven más raros, los pescadores utilizan tácticas de buceo más peligrosas para conseguir pepinos de mar que viven a mayor profundidad. En México, los pescadores se han enzarzado en violentas disputas por los territorios de pesca del pepino de mar.
Revertir estas tendencias es difícil, sobre todo porque hay pocos datos sobre el declive de las especies, que son fundamentales para lograr que se le dé protección legal. E incluso cuando las especies han sido evaluadas como amenazadas e incluidas en listas que prohíben su comercio, persiste el contrabando ilegal.
Lovatelli y sus colegas han ayudado a muchos países a elaborar planes de gestión para la captura sostenible de pepinos de mar, pero a pesar de ello muchas poblaciones se han desplomado porque los gobiernos carecen de recursos para hacer cumplir las normas de pesca. El equipo de Lovatelli también ha elaborado guías para ayudar a los funcionarios de aduanas a capturar las especies amenazadas que cruzan las fronteras, pero muchas de las exportaciones de las islas pequeñas se recogen en barcos y eluden las aduanas.
Algunos países han empezado a cultivar pepinos de mar en zonas confinadas, pero eso no ha frenado del todo la captura de animales salvajes. “Es una industria difícil de controlar”, afirma Lovatelli.
Hará falta un esfuerzo concertado de organizaciones internacionales, gobiernos y pesquerías para garantizar que los pepinos de mar amenazados sigan existiendo. Pero al menos ahora hay un interés creciente en estudiar y proteger estas feas, pero preciadas criaturas marinas, y eso da esperanzas a Mercier. “Creo que es un paso en la dirección correcta”, afirma.
Artículo traducido por Debbie Ponchner
10.1146/knowable-052725-1
Apoye a la revista Knowable
Ayúdenos a hacer que el conocimiento científico sea accesible para todos
DONAREXPLORE MÁS | Lea artículos científicos relacionados