Hay quienes duermen entre cuatro y seis horas por noche y no parecen sufrir efectos adversos. Resulta que su genética les permite necesitar menos horas de sueño que el resto de las personas.
Cada año, billones de insectos se desplazan por todo el planeta. Los científicos trabajan en nuevas formas de cartografiar esos viajes de grandes distancias.
Científicos observan signos de resistencia a las infecciones que han acabado con las poblaciones mundiales de anfibios —y elaboran estrategias para ayudar en la lucha en Australia—.
Cucos, tordos y otras especies tercerizan sus tareas parentales. Científicos están descubriendo nuevas artimañas en este astuto —y a menudo traicionero— juego de supervivencia.
Para comprender los orígenes de la vida pluricelular, un grupo de investigadores estudia una variopinta variedad de parientes animales más simples. Los puntos en común que están descubriendo ofrecen un tesoro de pistas sobre nuestro pasado común.
Algunas se desvanecen en calma. Otras mueren de forma menos bonitas en accidentes extraños o invasiones mortales, o después de una exhibición ostentosa.
Animación suspendida nocturna, una dieta (casi) exclusivamente a base de azúcar, la habilidad de volar hacia atrás y largas migraciones... todo ello demuestra que estas diminutas aves son poderosas.
Algunas personas de ascendencia africana occidental corren un mayor riesgo de insuficiencia renal. Nuevos fármacos basados en la investigación genética podrían ayudar a enderezar el rumbo, si estos llegan a todos los que los necesitan.
Piénselo dos veces antes de caminar sobre esa crujiente capa superior del suelo. Puede ser un ecosistema vital —uno que usted puede ayudar a proteger—.
Está claro que genes, receptores y neuronas intervienen en la detección de los olores. Pero gran parte del sentido que damos a lo que olfateamos sigue siendo un misterio. Un neurocientífico nos lo explica.
Compré una planta que brilla. Me llevó por un camino de hongos radiantes, experimentos del siglo XIX y una rivalidad moderna entre científicos de Rusia y América.
Los gatos se retuercen y las serpientes se deslizan, aprovechando y negociando las leyes de la física. Los científicos están descubriendo cómo lo hacen.