Los científicos de materiales están elaborando polímeros respetuosos con el ambiente a partir de fuentes naturales como la seda, las fibras vegetales y algas. Los costos y la aceptación siguen siendo obstáculos por superar.
Los pueblos que viven cerca de la naturaleza tienen una rica tradición que integra a las plantas, los animales y los paisajes en sus lenguas maternas —y puede que tengan pistas vitales para proteger la biodiversidad—.
OPINIÓN: El comercio internacional y los viajes traen consigo la destrucción ecológica de los lugares naturales más preciados del mundo. Tenemos que hacer más para detener este asalto.
El país sudamericano está perdiendo unos 1.500 km2 de bosque cada año, principalmente en zonas que solían estar bajo control de la guerrilla y de gran riqueza natural: donde se junta la biodiversidad de los Andes con la del Amazonas.
A medida que crece la energía eólica en todo el mundo, también lo hace la amenaza que las turbinas suponen para la fauna. Nuevos enfoques, algunos sencillos y otros de alta tecnología, pueden ayudar.
La vida marina, adherida a botellas de plástico y otros desechos humanos, ha viajado lejos de sus hábitats costeros y puede amenazar a las especies locales.
Nuestra aversión colectiva hacia los arácnidos podría estar haciendo que pasemos por alto algo aún más aterrador: las arañas pueden estar desapareciendo.
A menudo es difícil encontrar evidencias de que el enfoque ayude a salvar árboles, preserve ecosistemas y reduzca las emisiones de carbono. Pero puede tener éxito si se hace bien, dice un economista.
Los pueblos indígenas, en sintonía con el mundo natural, llevan mucho tiempo recopilando información medioambiental detallada. Ahora los científicos están catalogando estas observaciones y descubriendo cómo afectan a las comunidades indígenas de todo el mundo.
Investigadores utilizan restos históricos como cornamentas, conchas, dientes y polen para saber cómo funcionaban antes las comunidades naturales. Las pistas sirven de guía para la restauración.
Los bosques que alguna vez se consideraron resilientes están sufriendo una muerte sorprendente. Para predecir el destino de los bosques del mundo frente al cambio climático, los investigadores necesitan comprender cómo mueren los árboles.
Estas sigilosas tácticas de supervivencia podrían enseñarnos a frenar el uso generalizado de pesticidas químicos en la agricultura. Pero primero, los investigadores deben aprender cómo la aparentemente indefensa flora despliega esta magistral estrategia.
OPINIÓN: La idea de plantar kilómetros de árboles para frenar la invasión de los desiertos es errónea y perjudicial; en su lugar, deberíamos promover programas que aseguren los medios de subsistencia y respeten la ecología de las tierras áridas.
OPINIÓN: Los compromisos de deforestación cero en la cadena de suministro no están protegiendo los bosques tropicales tanto como se esperaba. Pero podrían hacerlo si se aplicaran las mismas normas a los mercados nacionales y de exportación.
El ecologista Sandy Milner ha viajado a Alaska durante décadas para estudiar el desarrollo de arroyos que fluyen luego de que se derriten los glaciares. Ha visto insectos que se establecen en un nuevo lugar, alisos y sauces que brotan y miles de peces que llegan a desovar.
OPINIÓN: Según un estudio realizado en Chicago, los roedores que sobreviven al envenenamiento tienen más probabilidades de transmitir enfermedades. El control de plagas debe tomar en cuenta estos aspectos.
Los abundantes datos sobre el estado mundial de nuestros amigos emplumados presentan muchas malas noticias, pero también algunos puntos positivos. Los investigadores saben mejor que nunca cómo ayudar a las aves amenazadas, y hay éxitos notables en su conservación.
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